Jorge Arribas, Aritos, profeta en su tierra
El comienzo de la actuación de Fetén Fetén —Diego Galaz y Jorge Arribas— en la iglesia de Gumiel de Izán, saliendo por la puerta de la sacristía, fue pausada y expectante. El propio Diego expresaba así la emoción de los momentos previos en su perfil de Facebook:
Salió primero Diego Galaz, con el stroviol —raro instrumento mitad violín, mitad trompeta— alrededor del cuello, y detrás le seguía Jorge Arribas, el nieto del Aritos, como se nos había dejado claro en la presentación, por si a alguien le quedaba duda,(1) tocando el acordeón. Recorrieron lentamente el pasillo central de la iglesia hasta el fondo, y dieron la vuelta, llenando con su música la crucería gótica, que devolvía agradecida las diferentes notas de la composición dedicada al Patillas, con la que abrieron el concierto. Luego fueron alternando piezas de su repertorio basadas todas ellas en la música popular,(2) incluyendo buen número de su segundo disco Bailables.
A través de la música, el Dúo Fetén trajo a Castilla el mar, Canción para una ola (vals), y hasta hizo pasar una vaca por delante de nuestros ojos a ritmo de seguidilla, Pan tumaca. No podían faltar los homenajes a las madres, y a los que emigraron a Madrid, Dame una cita (chotis) o a Barcelona, Paquita en las Ramblas (vals).
Diego explicó que lo que para otros era una herramienta, un simple serrucho, para él era un instrumento, y Jorge tocó alguna pieza con el vibrandoneón, instrumento de la familia del acordeón que toma el viento por una larga y curva boquilla.
Como era de esperar, y estando Jorge en su pueblo, no podían faltar los recuerdos y las anécdotas personales: para Felisa, que le surte de ajos y verduras, para su peña El Trijuelo y la ilusión que le hacía estar en agosto en Gumiel cuando por lo general está lejos y trabajando «con el acordeón a cuestas». Las bromas de su compañero Diego no se hicieron esperar, ya que aseguraba una y otra vez: «sí, es Aritos, es Aritos».
El marco solemne de la iglesia no permitió mover los pies al ritmo de la jota, pero sí se movieron los brazos cuando sonó La jota del wasabi que, como comentaron sus autores, nació ante un plato de chicharro mezclado con ritmos orientales. Recordaron a los viejos compositores de los pueblos que intentaron llevar a las plazas los ritmos que oían en la radio, y con los que muchos españoles aprendieron a bailar y se enamoraron.
Cerraron la actuación con un segundo bis, una jota, en el pasillo central, y aunque el marco impuso una cierta contención, no faltó quien se marcó la jotilla en pleno banco.
Con esa pieza terminó la actuación memorable de Fetén Fetén en la iglesia de Gumiel de Izán, pero el público permaneció bastante rato en la iglesia, llevándose un recuerdo personal en forma de foto o comprando alguno o los dos discos del dúo: «en Gumiel vais a vender muchos discos», repitió por dos veces Diego —entre las risas del público—, con buen márquetin, recordando algo que le habían dicho no hacía mucho.
Fetén Fetén son asiduos en la radio pública, y esa misma mañana habían estado en el programa No es un día cualquiera, de Radio Nacional de España, donde muy de pesada nombraron su actuación en Gumiel de Izán, pero sobre todo reconocieron «ser profetas en su tierra» y llevar un verano de trabajo intenso, con actuaciones en distintos países de Europa, que habían alternado con otras más más cercanas en los pueblos de Castilla.
La gente se iba poco a poco, comentaban lo mucho que les había gustado y continuaban sacándose fotos para el recuerdo: «es que es muy emocionante que alguien tan grande se muestre tan cercano a su gente, a su pueblo», comenta en su perfil de Facebook Natalia.
Por su parte, otra de las asistentes, María, dice haber conocido al dúo gracias al grupo de Facebook de Gumiel —¿no habrá tenido algo que ver también nuestra entrevista a Jorge Arribas?— y que le encanta: «La innovación musical, conseguida introduciendo cierto toque tradicional es excelente. Su sonoridad fina, armoniosa y festiva es para mí muy agradable».
También, María, al igual que muchos de los asistentes, considera el escenario elegido para el concierto muy adecuado: «El entorno donde se llevó a cabo el concierto no podía ser mejor. Seguro que los ángeles y espíritus congregados esa noche lo pasaron tan bien como los mortales que allí nos encontrábamos». Nosotros también nos congratulamos de que Fetén Fetén hayan dado el salto a las iglesias, pues sabemos que la iglesia de Gumiel no ha sido la única y que en su ajetreado periplo durante este verano han visitado otras.
¡Bienvenidos sean este y otros conciertos a las iglesia de Gumiel!
Desde Gomelia también agradecemos que el Dúo Fetén haya encontrado un hueco para venir a Gumiel, y nos alegramos de que Jorge Arribas, Aritos, junto a su colega, Diego Galaz, hayan sido profetas en su tierra una vez más.
Notas
(1) Jorge Arribas es originario de Gumiel de Izán; su abuelo, conocido como Aritos, era el dueño del bar Moderno, fundado en 1953, como todavía reza el anuncio de encima de la puerta.
(2) Como anécdota recordamos que a finales de los años 60, el abuelo de Jorge instaló en el bar una de aquellas máquinas de música, una rockola, con la que el pop se hizo otro hueco en Gumiel.
Fotografías de Natalia del Sastre, María del Carmen Ugarte y María Parra.