Capitel de los guerreros
Pedro Ontoria nos acerca en detalle a otro de los capiteles románicos: el Capitel de los guerreros.
El capitel n.º 3 o Capitel de los guerreros
En el archivo de la parroquia de Gumiel de Izán existe un sencillo catálogo de los capiteles conservados en la capilla de la Virgen del Rosario que registra con el n.º 3 el denominado Capitel de los guerreros.
José Pérez Carmona fue el primero que divulgó el capitel en una lámina, apilado con otros capiteles —números 1, 2 y 9 y que se hallaban un tanto amontonados y desordenados en la antigua sacristía o capilla de la Purísima— en Arquitectura y escultura en la provincia de Burgos (Imprenta Santiago Rodríguez, Burgos 1959).
En nuestro artículo de 1982 «Notas histórico-artísticas del museo de Gumiel de Izán» elaboramos una incipiente catalogación o un escueto elenco de los capiteles conservados en la capilla del Rosario. Del capitel n.º 3 escribía que no sabemos a qué escuela y estilo atribuir. Es un grupo de ocho cabezas dispuestas de una manera extraña; parecen representar soldados que conducen prisioneros. Es basto, pero la distribución de las figuras causa un curioso efecto.
Con posterioridad aparece el capitel en algunas obras del románico como Enciclopedia del Románico en Castilla y León o la entrada dedicada a Gumiel de Izán en Arteguías, a las que podríamos añadir algunos comentarios espontáneos en foros de Internet de amigos del románico.
En el interesante lapidario a base de restos de columnas y capiteles, algunos de ellos pertenecientes al Monasterio de San Pedro, lo primero que se aprecia es que son de diferente tamaño. Además los hay dobles (pertenecientes a un claustro o una galería porticada) y otros
sencillos, más difíciles de ubicar. Están custodiados tras una fuerte reja de madera de estilo barroco.
En el trabajo recogemos los diversos datos, referencias y consideraciones del capitel de los Guerreros que está colocado en la parte del muro izquierdo de la capilla del Rosario al lado del capitel n.º 6, Las garras del felino.
Para su mejor apreciación, reproducimos en este trabajo algunas de las escasas ilustraciones de este capitel.
Descripción del capitel de los Guerreros
Capitel sencillo y un tanto tosco que no sabemos a qué escuela y estilo atribuir. Sus dimensiones son 26 x 26 x 38 cms. No es silense y las ocho máscaras, dos de ellas tocadas con turbantes, parece representar a soldados conduciendo prisioneros. Más allá de su rusticidad, sí revela cierta vetustez, no siendo desaforado plantear una cronología de inicios del siglo XIII.
Se halla concebido con una rotunda valoración geométrica y anima dos de sus caras con bustos humanos que, al menos en algunos casos, representan a soldados. Colocados en doble hilera, forman grupos de cuatro y tres cabezas, que se disponen en posición convergente hacia uno de los ángulos del capitel donde se halla un tronco animal del que surgen dos cabezas
humanas —una de ellas actualmente desaparecida—. Los rostros, aunque de volumen destacado, tienen un carácter impersonal y, si bien se establecen entre ellos ciertas variantes de tamaño e inclinación, poseen un marcado distanciamiento objetual que les reviste de un carácter emblemático.
Posible origen del capitel de los Guerreros
En esta escultura, que nada tiene que ver con ninguna obra que haya sido etiquetada como «arte de Cruzada» (véase, por ejemplo, J. Folda; Gómez, M. D.), destacan las ocho cabezas labradas con un relieve de bulto en el centro. Algunas muestran sombreros con visera mientras que otras se cubren con yelmos más elaborados, que incluyen una protección por debajo de la barbilla.
Esta composición difiere de las representaciones de caballeros victoriosos, mucho más difundidas (Vide Ruiz Maldonado). En su sencillez, que parece más propia del arte del siglo XX, el conjunto sugiere la idea de una cierta hermandad entre los retratados, probablemente fallecidos.
La batalla de Alarcos
La temática de la imagen guerrera del capitel nos induce a pensar que probablemente proceda de alguna de las estancias (sala capitular, iglesia, portadas, ventanas…) del monasterio de San Pedro de Gumiel de Izán, siendo una especie de memorial de guerra al relacionarlo con Alfonso VIII, monarca que si bien sufrió un doloroso revés en Alarcos (1195), acabaría
finalmente recuperando su crédito como líder militar con la victoria de Las Navas de Tolosa (1212), que le granjearía una fama sin parangón en la época. Por su parte, la Orden de Calatrava había sufrido importantes pérdidas en la fallida campaña de Alarcos, y el recuerdo de los
mártires caídos en batalla aquella jornada perseguiría durante años a Alfonso VIII.
¿Hubo algún tipo de memorial para la multitud de caídos en la batalla, al que pudiera tener acceso cualquiera con independencia de su condición? Una de las respuestas nos conduce a las Órdenes Militares. Sin duda, la contribución de los soldados individuales no dejó de ser tenida en cuenta, y el propio Jiménez de Rada así lo reconoce después de la victoria de Las Navas, al poner en su boca una advertencia destinada al monarca:
Toletanus pontifex hec uerba dixit nobili regi:…. Estote etiam memor uestrorum militum, quorum auxilio ad tantam gloriam peruenistis (trad.: Acordaos de vuestros hombres, sin cuya ayuda no habríais alcanzado tan gran victoria) (De rebus Hispaniae 8.10.49).
Rose Walker nos dirá que son estos soldados los que aparecerían labrados en un capitel de San Pedro de Gumiel de Izán (Burgos).
Diego Velázquez y la Orden de Calatrava
San Pedro de Gumiel era el monasterio donde Diego Velázquez —uno de los primeros miembros de la Orden de Calatrava— se refugió tras la derrota de Alarcos, y allí sería enterrado en 1196. Jiménez de Rada lo recuerda en su crónica con respeto y puede que con afecto:
Didacus Velasqui postea diu vixit, quem etiam memini me vidisse, et obit in Monasterio Sancti Petri de Gumiello, et ibi sepultus est, requiescat in pace (Ibid., 7.14).
Su cuerpo sería objeto de culto varios años después. San Pedro de Gumiel se convertiría también en un lugar de conmemoración para la Orden de Calatrava en los años que siguieron a la batalla de Alarcos (Ontoria Oquillas, 2014-2015). No sería éste el único lugar de memoria para la Orden, puesto que habría que añadir también los de Zorita de los Canes en Guadalajara y Alcañiz. Del mismo modo que los cuerpos de los freires descansaban desmembrados, la memoria de los calatravos caídos se dispersaba.
Durante años, el campo de Alarcos debió de ser el único sepulcro que acogiese a los miles de soldados anónimos que allí habían encontrado la muerte, a pesar de que textos posteriores señalen que se había erigido una capilla para honrarlos, Nuestra Señora de los Mártires (Zapata Alarcón).
Bibliografía
- Enciclopedia del románico en Castilla Y León. Fundación Santa
María la Real. Centro de Estudios del Románico. Aguilar de Campoo, 2002, Burgos, vol. IV, pp. 2770-2773. - FOLDA, J.: Crusader Art: the art of the Crusaders in the Holy Land, 1099-1291, Aldershot, 2008.
- GÓMEZ, M. D.: «The Crusades and church art in the era of Las Navas de Tolosa», Anuario de historia de la Iglesia, 20 (2011) 237-60.
- ONTORIA OQUILLAS, Pedro: «Notas histórico-artísticas del museo de Gumiel de Izán», Boletín de la Institución Fernán González n.º. 199 (Burgos 1982) pp. 282-284.
- ONTORIA OQUILLAS, Pedro: «Huellas memorables del Monasterio de San Pedro de Gumiel» en Cantos de nostalgia acariciada. Biblioteca. Estudio e Investigación. n.º 29-30 (Aranda de Duero 2014-2015) pp. 147-157.
- PÉREZ CARMONA, José: Arquitectura y escultura en la provincia de Burgos. Imprenta Santiago Rodríguez, Burgos 1959 lámina 113.
- RODRIGO JÍMENEZ DE RADA: Historia de rebus Hispanie sive Historia Gothica.
- FERNÁNDEZ VALVERDE, J. (ed.): Corpus Christianorum. Continuatio Mediaevalis 72, Turnhout, 1987.
- RUIZ MALDONADO, M.: «El «caballero victorioso» en la escultura románica española. Algunas consideraciones y nuevos ejemplos», Boletín Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, 1979, 271-286.
- WALKER, Rose: «Memoriales de guerra. Recuerdo y olvido más allá de Las Huelgas», Quintana. Revista de Estudos do Departamento e Historia da Arte. n.º 11 (Universidade de Santiago de Compostela 2012) pp. 13-27.
- ZAPATA ALARCÓN, J.: «El culto a los mártires: Visión y símbolo del medievo a la contrarreforma. La construcción del relicario del Sacro Convento de Calatrava la Nueva» en Actas del Congreso Internacional Conmemorativo del VII Centenario de la Batalla de Alarcos, IZQUIERDO BENITO, R. y RUÍZ GÓMEZ, F. (eds.), Ciudad Real, 1996, 615-23.
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Pedro Ontoria Oquillas
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