El retablo mayor de la iglesia de Santa María (Las Edades del Hombre)
Finalmente llegamos en nuestra visita imaginaria por la iglesia de Santa María de Gumiel de Izán a lo que está considerado como su principal valor: el retablo mayor.
Varias han sido las piezas del retablo que han sido llevadas a las distingas exposiciones, pero antes de hablar de ellas daremos unas pinceladas acerca de este retablo en su conjunto.
De estilo gótico, realizado a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, aunque se desconoce el año exacto de su realización, siendo obispos de la diócesis de Osma, a la que pertenecía Gumiel, Alfonso de Fonseca y Alonso Enríquez. Las características del retablo lo sitúan en el círculo de Vigarny, pudiendo haber sido realizado en uno de los muchos talleres que dirigió.
Consta de cinco calles sobre predela,(1) siendo la central más ancha, y se corona con un grupo escultórico exento, un Calvario. En el cuerpo del retablo pueden verse, situadas en hornacinas, distintas escenas de la vida de Jesús y de la Virgen, así como los evangelistas y otras figuras complementarias.
La parte baja del retablo es la que ha sufrido más modificaciones, especialmente en los últimos años, para acomodarse a los cambios en la liturgia y el culto. Como puede verse por la foto que mostramos a continuación, en 1951 el retablo presentaba un aspecto diferente, pero no solo han sido estos los cambios de los que tenemos constancia.
Las Cuentas de Fábrica a lo largo del tiempo reflejan actuaciones de «reparo» o «limpieza», pero junto a estas labores de mantenimiento, propias del paso del tiempo, se han constatado también otras más importantes e influidas por los gustos artísticos de la época, como el repintado barroco llevado a cabo en la reparación de 1692, puesto de manifiesto en la última reparación (ver Mendoza y Mayoral, 1999).
Por otra parte, el retablo tuvo algunas notables transformaciones durante la época barroca. En 1751, se incluyó en la hornacina central del banco un gran ostensorio barroco realizado por Manuel Sánchez que fue pintado por Antonio Juarros, retirándose el relieve del Apostolado. Existen múltiples testimonios fotográficos, de la década de los cincuenta del siglo XX, en los que nos encontramos con la ausencia de este relieve en el retablo y la presencia del ostensorio. Sin embargo, es curioso anotar que en una foto del artículo de Francisco Palacios, «Gumiel de Izán escuela primaria de Santo Domingo de Guzmán» (Boletín de la Institución Fernán González, nº 133, 1955, p. 876), el relieve del Apostolado aparece superpuesto al ostensorio. (2)
En la fotografía que mostramos de 1951, tomada también de Mendoza y Mayoral, y en la que efectivamente no aparece el mencionado ostensorio, resulta evidente el deterioro de los doseletes de los evangelistas Marcos y Lucas, mientras que en el caso de Mateo y Juan se han perdido por completo, presentando restos de la decoración barroca. En la misma década se restauraron estas chambranas y se realizaron algunas figuras más, como la de Santo Domingo de Guzmán que ocupa la peana inferior del guardapolvo junto a la Resurrección. También se retiró de la predela una talla gótica del siglo XIII que representa a la Virgen con el Niño.
En una nueva restauración en 1962, motivada por la declaración del templo como monumento histórico-artístico, el ostensorio fue retirado y su lugar lo ocupó el grupo de las doce figuras o Apostolado. En noviembre de 1997 comenzó la última restauración habida hasta la fecha, la cual se prolongó hasta mayo de 1998. Patrocinada por la Junta de Castilla y León, contó con una inversión de 12.750.000 de pesetas. Una primera fase se centró en la corrección del desequilibrio que acusaba toda la estructura. Asentada adecuadamente la mazonería, se sacó a la luz la policromía original, oculta por numerosos repintes que, en algunos casos, intensificaban el dramatismo de los personajes con detalles gratuitos. En el curso de las tareas, se optó por retirar el grupo que ocupaba la hornacina central del banco (el Apostolado), considerando que no formaba parte del proyecto inicial del retablo, creyendo que pudo ser realizado en la restauración de 1962, hipótesis ilógica ya que existen fotos del Apostolado con anterioridad a esa fecha.
Se reprodujo, a imitación de los ya existentes, el dosel no conservado en la hornacina central del banco, dejándose en madera vista sin dorar. En la hornacina se emplaza hoy la pequeña talla gótica de la Virgen con el Niño que había sido retirada décadas atrás y estaba guardada en el Museo bajo el ostensorio. Según los técnicos «las vigas inferiores de la predela eran vistas, estando cuidadosamente policromadas una de azul (azurita) y otra en rojo (bermellón y laca orgánica). Toda la predela del retablo y la moldura que la enmarca estaban originalmente trabajadas en plata corlada con laca orgánica roja, y la hornacina central era en su origen de pequeño tamaño. Esto provocó que se revisase la talla de Santa María, guardada en la sacristía, y se comprobase, con la ayuda de la analítica, que, siendo de finales del siglo XIII, tenía la misma policromía que el resto de las Vírgenes del retablo. Quizá nunca se tallara una imagen para el retablo ya que existía ésta, objeto de devoción, que se volvió a policromar para presidir el mismo» (Mendoza y Mayoral, 1999). Realmente no se talló imagen alguna, pues en la hornacina central del banco o predela en su origen estaba el relieve del Apostolado, cuya factura se ajusta a la del resto del retablo. Los técnicos ¿comprobaron la policromía del relieve del Apostolado? Da la impresión que parten con la idea fija de colocar «la talla de Santa María» en la hornacina central de la predela. (2)
El ajetreo de cambios sufrido por la anónima virgencita, que posiblemente sea la primitiva Virgen del Río en el difuso sentir gomellano, nos sugiere una serie de interrogantes. ¿Tiene sentido la colocación de la virgencita gótica muy anterior, del siglo XIII, en la hornacina central de la predela o banco del retablo dos siglos posterior? ¿Sus dimensiones son las apropiadas? La advocación del retablo ¿no está dedicado al Nacimiento, Asunción y Coronación de Santa María? Su entronización nos induce a pensar y a denominar con cariño el retablo de Santa María de los Gomellanos.
El cuerpo de madera sobre el que se asienta el retablo ha sufrido también diversas alteraciones, viendo suprimidas sus puertas laterales y el altar que se le adosaba, constando hoy en día únicamente de una sencilla peana que cede todo protagonismo al despliegue de escenas del retablo.
Notas
1. Para facilitar la lectura, damos la definición de algunos términos arquitéctonicos usados en el artículo.
predela: parte inferior de un retablo.
ostensorio: lugar donde se coloca la custodia para ser expuesta.
doselete: elemento decorativo que sirve de protección a estatuas o grupos escultóricos; en este caso sirve de techo a las hornacinas en las que están situadas las distintas escenas.
chambrana: labor o adorno que se pone alrededor de una puerta, ventana, en este caso de las hornacinas.
mazonería: obra de cal y canto.
2. Vide Photo Club de Burgos nº 4507.- – Pedro ONTORIA OQUILLAS, “La iglesia de Santa María de Gumiel de Izán” en Boletín de la Institución Fernán González nº 205, 1985, pág. 126 fig. 35.- – Francisco PALACIOS MADRID, «Gumiel de Izán escuela primaria de Santo Domingo de Guzmán» (Boletín de la Institución Fernán González nº 133, 1955, p. 876.
Bibliografía
Patricia ANDRÉS GONZÁLEZ: «En torno a la iconografía gótica en la Ribera del Duero : iconografía gomellense a fines del medievo» en Arte medieval en la Ribera del Duero. Biblioteca. Estudio e investigación, n.º 17, 2002, pp. 293-314. Guadalupe MENDOZA / Antonio MAYORAL: «Retablo mayor de la iglesia de la Asunción. Gumiel de Hizán. Burgos» en Restauración y rehabilitación nº 27, 1999, pp. 20-26.
Pedro ONTORIA OQUILLAS: «La iglesia de Santa María de Gumiel de Izán» en Boletín de la Institución Fernán González nº 205, 1985, pp. 67-128.
René Jesús PAYO HERRANZ, Ficha “151. Ascensión” en «Paisaje interior». Catálogo de las Edades del Hombre de Soria. Soria 2009. pp. 515-516.
Texto completo sobre la participación de Gumiel de Izán en Las Edades del Hombre de Pedro Ontoria Oquillas.
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