Comenzamos nuestro recorrido virtual por las piezas expuestas en anteriores ediciones de Las Edades del Hombre en la capilla del Rosario, donde se exponen una serie de capiteles provenientes del monasterio de San Pedro, deteniéndonos en el llamado Capitel de los vicios.
Capitel de los vicios
(Photo Club de Burgos n.º 4515)
Este capitel ha llamado desde siempre la atención a los investigadores, pues podemos encontrarlo, fotografía en blanco y negro, en la colección Photo Club de Burgos (n.º 4515).
Fue expuesto en la primera edición de Las Edades del Hombre en Valladolid (1988) junto a otros dos provenientes de la misma colección del Museo Gomellano.
Con clara influencia de los capiteles del monasterio de Silos representa dos leonas vomitando gruesos tallos que aprisionan siete cabezas humanas, símbolo quizá de los siete pecados capitales.
(Agosto de 1977)
Reproduce temas silenses al representar dos cuadrúpedos de los que surgen gruesos tallos; éstos, entrelazándose sobre la superficie del tambor, envuelven sus cuerpos y los de siete figuras, cuyos rostros –uno de ellos al menos femenino- rematan la pieza. Cuerpos, tallos y cabezas se conciben con una marcada compacidad y en total adecuación con la forma arquitectónica del capitel. Pero también existen distintas variaciones en el tratamiento de los elementos señalándose una línea de superficie inferior, a partir de la cual se imbrican las distintas formas, y otorgando una atención particular a los diferentes volúmenes (Las Edades del Hombre, 1988: 38).
(Oña 2012)
En el 2012 fue expuesto de nuevo en una edición de Las Edades del Hombre, Monacatus, esta vez en Oña (Burgos), y junto a el llamado Capitel del ángel y el dragón.
Monacatus rememoraba la vida monacal, y mediante estos capiteles estuvo representado nuestro desaparecido monasterio de San Pedro de Gumiel. Este cenobio en su origen estuvo ligado a la Regla de San Benito, si bien, a partir de 1194, pasa al dominio cisterciense. No obstante, las características iconográficas y formales de estos capiteles sitúan su ejecución en la segunda mitad del siglo XII, es decir, antes de producirse tan importante cambio en la vida de la comunidad religiosa. De ahí que ambas piezas, pese a sus diferencias de tamaño y realización, comparten una serie de rasgos en relación con el segundo taller silense. Así, a niveles generales, se definen por una potente valoración plástica e integran composiciones que, inspiradas en el bestiario medieval y cuidada ejecución, aluden a la continua lucha frente al mal.
También con un carácter simbólico y doctrinal respecto a la lucha contra lo negativo ha sido interpretado el conocido como Capitel de los Vicios. En su composición se integran elementos vegetales, animales y humanos en íntima relación formal. He ahí a dos grandes cuadrúpedos cuyas garras se apoyan en el collarino mientras sus cuerpos, ocupando gran parte de la cesta, están envueltos por gruesos tallos que alcanzan a las siete figuras representadas por los rostros con los cuales se remata la pieza. Admira la maestría para obtener un efecto de unidad, el cuidado tratamiento naturalista y los notables efectos de claroscuro. A ellos se añade una suave pátina dorada, fruto de la oxidación de aceites, y restos de policromía (Las Edades del Hombre, 2012: 381).
Capitel de los vicios en la capilla del Rosario
Bibliografía.
LAS EDADES DEL HOMBRE. El arte en la iglesia de Castilla y León. Valladolid 1988 pp. 37-38. ISBN 84-505-7998-8.
— Monacatus. Monasterio de S. Salvador. Oña (Burgos) 2012, pp. 380 -381.
ONTORIA OQUILLAS, Pedro: «Notas histórico-artísticas del museo de Gumiel de Izán», Boletín de la Institución Fernán González, nº. 199 (Burgos 1982) pp. 282-284.
PÉREZ CARMONA, José: Arquitectura y escultura en la provincia de Burgos. Imprenta Santiago Rodríguez, Burgos 1959. Segunda edición revisada con un apéndice de Nicolás López Martínez, Espasa-Calpe, Madrid 1974 p. 220.
Pedro Ontoria Oquillas
Fotos de Photo Club Burgos, P. Ontoria, M. C. Ugarte y Concha Arias
Notas
1. Para obtener una ampliación de las imágenes pulsar sobre ellas.
