La importancia del ferrocarril
En Gomelia apostamos decididamente por el ferrocarril y el desarrollo de la comarca. Reproducimos el texto que nos ha enviado Jorge Núñez Burgos, de la Plataforma para la Recuperación del Tren y lo acompañamos de dos imágenes espectaculares cedidas por nuestro colaborador Txaber Miravalles Gómez.
Cuando alguna vez nos preguntamos por qué vivimos tan cerca de las grandes ciudades, es lógico pensar que lo hacemos porque tienen multitud de carreteras, entre otras facilidades de comunicación.
La verdad es que las ciudades de hoy en día se van equipando poco a poco para resultar más competitivas y más atractivas para las empresas e industrias. Uno de esos equipamientos indispensables es el ferrocarril. Este hace que empresas de producción de gran tonelaje se instalen en las ciudades para sacar más rentabilidad y generar empleo, y ya sabemos que el empleo genera riqueza en la sociedad.
Pocas ciudades que no cuenten con ferrocarril a su paso pueden optar a tener industria, y muchas, como conocemos en Castilla, terminan por ser abandonadas. Es una apuesta sencilla: si hay crisis, hay que mejorar las comunicaciones y crear un entorno favorable para que las empresas se implanten en determinado lugar. En ese sentido, Aranda y la Ribera ya está situada estratégicamente: A1 y N122 (futura autovía del Duero) y ferrocarril línea 102 (Madrid-Burgos).
Esta es de todas las líneas que salen de Madrid a Europa LA MÁS COMPETITIVA, válida para todo tipo de trenes, mercancías y transporte de personas, excepto el AVE debido al ancho de vía diferente; ademas es productiva, porque tiene un tráfico fluido de «trenes pasantes» (pasantes son los trenes de recorrido sur a norte o de norte a sur sin escala), tráfico que hoy no existe porque alguien está interesado en que no circulen por nuestro pueblo a cambio de que dejen dinero en el suyo.
Actuando de esta manera:
- Encareciendo los cánones de paso por la nuestra.
- Subiendo el precio del billete regional de pasajeros y abaratando otros de AVE.
- Dejando el túnel derruido sin más…
- O llegando a quitar una gran cantidad de «trenes estrella» para transvasar esas personas a otras líneas de más relevancia (léase AVE y de esta manera emitiendo billetes doblemente financiados).
- Dejando a Aranda, a la Ribera y a los ribereñossFUERA de los planes de inversión estratégicos ferroviarios y logísticos.
- Equipando otras ciudades cercanas a Aranda con inversiones multimillonarias en sus redes de transporte nacional e internacionalmente y creando polígonos industriales conectados con ferrocarril, que eliminarán cualquier posiblidad de que a los nuestros les de siquiera el aire.
Es, por tanto, con diferencia «Nuestra Línea de ferrocarril 102» un ejemplo de abandono que lleva ya trece años, un despropósito político local de otros cuatro años básicamente, o de una mano negra… o de tontos.
Es en sí misma un recurso contra la crisis no apto para cortos de miras, puesto que una inversión de 11 millones de euros se rentabiliza en año y medio.
No es una línea con un solo proyecto, son cientos de proyectos. Es una línea imaginaria contra el paro y la falta de inversiones de cualquier tipo. Pero sigue ahí, le pese a quien le pese, pues la «nuestra» ya estaba hecha hace mucho y su estado de conservación es de notable.
Eso es lo que hay que defender, con convencimiento y sin temor a represalias de ninguna instancia, congresista o diputado, que para eso estamos en democracia y además hay un estudio de la UBU que avala su competitividad.
El organismo que más las tiene que defender es el gobierno; también sus compañías que están obligadas a repararlo «con urgencia»; también las instituciones regionales y por supuesto las autonómicas (duplicidad), y por las locales, que son las que lo sufren en primera persona…
Con un 55% de jóvenes en el paro, con los miles de millones que se gastan en líneas AVE (1 km de vía, 9 millones de euros por 2500 kms.) los que más del mundo, o el túnel de Pajares, 3200 millones de euros, pueblos fantasmas con estaciones de AVE multimillonarias… y un sinfín de dinero público despilfarrado en obras innecesarias o de imposible amortización.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo se genera ese dinero? Pues de la lotería no, es de la industria que nadie valora aquí, pero sí en Europa.
El último cartucho