03/08/2014
Estaba el banco en la solana
Estaba el banco en la solana, invitándome, sin dudar a mis posadoras posar, —valga la rebuznancia—, sobre sus relucientes tablas, y mi espalda repochar, en su compañera hermana. Por raro que parezca, el banco vacío se hallaba, y yo me preguntaba, cómo y por qué a aquella hora el banco sin nadie estaba. Me repantingué a placer, ajusté...