El ángel y el dragón (Las Edades del Hombre)

Continuamos desde Gomelia nuestro recorrido virtual por las obras de arte que se expusieron en ediciones anteriores de Las Edades del Hombre, [1] deteniéndonos esta vez en el capitel llamado El ángel y el dragón.

El ángel y el dragón

El ángel y el dragón (Oña)
El ángel y el dragón (Oña)

Expuesto actualmente en la capilla del Rosario, como parte de la colección proveniente del desaparecido monasterio de San Pedro, este capitel ha sido incluido,  al igual que el Capitel de los vicios, en dos ediciones de Las Edades del Hombre.

La primera fue en la primera edición, El arte en la Iglesia de Castilla y León (Valladolid: 1988-1989). En ella se presentaba el conjunto de los tres capiteles  —Capitel de los vicios, El ángel y el dragón y el Capitel de los centauros— como una muestra representativa de un románico avanzado en representación de la figura humana.

Como curiosidad diremos que si bien la fotografía que aparece en el catálogo de Valladolid sí es de este capitel, el texto no se corresponde, pues describe otro capitel de nuestra colección, el llamado Capitel de los guerreros [3] (Ontoria Oquillas), cuya imagen reproducimos, así como el texto que aparece en el mencionado catálogo, para facilitar su cotejo:

Capitel de los guerreros (1977)
Capitel de los guerreros (1977)

Se halla concebido como una rotunda valoración geométrica y anima dos de sus caras con bustos humanos que, al menos en algunos casos, representan a soldados. Colocados en doble hilera, forman grupos de cuatro y tres cabezas, que se disponen en posición convergente hacia uno de los ángulos del capitel donde se halla un tronco animal del que surgen dos cabezas humanas —una de ellas actualmente desaparecida—. Los rostros, aunque de volumen destacado, tienen un carácter impersonal y, si bien se establecen entre ellos ciertas variantes de tamaño e inclinación, poseen un marcado distanciamiento objetual que les reviste de un carácter emblemático (Las Edades del Hombre, 1988: 38).

Capitel de San Miguel

Debemos, pues, recurrir a la descripción dada en Monacatus (Oña, 2012), donde se centran en el análisis de la figura humana, que identifican con san Miguel, y en la del dragón, que identifican con el demonio:

El ángel y el dragón (lateral). OñaEn este sentido, el denominado Capitel de san Miguel y el dragón resulta especialmente expresivo. En él se representa, con precisión, el momento en el que una figura, que se ha interpretado como San Miguel, hunde su lanza en la testuz de un poderoso dragón. Este, personificación del demonio, posee cabeza con ojos saltones, cuerpo globuloso bajo alas de finas incisiones paralelas, gruesas patas y poderosa cola con un caparazón de crustáceo. En conjunto, es notable el aprovechamiento de la superficie para ofrecer, en un dramático primer plano, el momento cumbre de la acción. Y esta se realza mediante un hábil tratamiento con marcados contrastes lumínicos. También con un carácter simbólico y doctrinal respecto a la lucha contra lo negativo (Las Edades del Hombre, 2012: 381).

 Bibliografía.

ARTEGUÍAS: Guía monumental (arte e historia) de Gumiel de Izán (o Hizán), Burgos [En línea: http://www.arteguias.com/burgos/gumieldehizan.htm, consulta: 22-05-2014].

LAS EDADES DEL HOMBRE. El arte en la iglesia de Castilla y León. Valladolid 1988 pp. 37-38.

— Monacatus. Monasterio de S. Salvador. Oña (Burgos) 2012, pp. 380 -381.

ONTORIA OQUILLAS, Pedro: «Notas histórico-artísticas del museo de Gumiel de Izán», Boletín de la Institución Fernán González, nº. 199 (Burgos 1982) pp. 282-284.

Notas

[1]  El texto completo sobre la participación de Gumiel de Izán en Las Edades del Hombre en el que se basan estos artículos (Pedro Ontoria Oquillas).

[2]  Para obtener una ampliación de las imágenes pulsar sobre ellas.

[3] Un buen detalle del Capitel de los guerreros puede verse en Arteguías.

 

 

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